jueves, 18 de noviembre de 2010

43. Atrevido.

El sobre marcado con un vistoso "Bienvenido" escrito a mano. "Bienvenido David Benavides a nuestro club. Son hombres y mujeres afortunados los que llegan a ser capaces de vivir de acuerdo a su corazón, los que reconocen y se atreven a actuar persiguiendo un sueño, persiguiendo ese derecho que tenemos desde que nacimos: el derecho a ser amados, el derecho a entregarnos a otro ser humano en un acto infinito de generosidad. Usted señor Benavides está madurando y está comprendiendo por fin qué es amar, qué es abandonar el egoísmo de la individualidad necia. Felicitaciones. Lo esperamos el día 22 de este mes sin falta, en el 523 de la calle Pringles a media noche. Tenemos una sorpresa especial sólo para usted". Fernando terminó de sorber su café amargo-amargo que tanto le gusta. Justo ahí se quedó, a través de la ventana del Café Bar Río, mirándole las piernas a unas niñas que acababan de salir del colegio y esperaban el autobus en la calle. Con su lengua limpió las gotitas de café que permanecían en sus labios.

lunes, 8 de noviembre de 2010

42. Vocación

El sitio estaba repleto de oficiales de policía que acababan de llegar, modificando con sus pasos y sin querer una escena del crimen que resultó más macabra de lo que se podían esperar. Tardaron varios minutos en darse cuenta de que todas las tripas y sangre esparcidas por el piso, pegadas en la pared y colgando del techo pertenecían a la desdichada muchacha cuya cabeza permanecía estática y caliente todavía en el centro de la habitación. El tiempo fue suficiente, no sólo para contaminar las que pudieran ser valiosas evidencias, también para que el intrépido redactor de Crónica, Fernando Bertoli, se inmiscuyera en la historia que estaba presenciando. Así como los forenses tendrían que recoger uno por uno, cada pedazo de carne, cada gota de sangre, cada pegote de sustancia rosada y pegajosa, cada trozo de intestino desparramado, así completaría nuestro periodista, paso a paso, entraña por entraña, la historia despedazada que tenía frente a sus ojos. La cara de la muchacha no se le hizo desconocida del todo, tal vez la llegó a ver en algún bar, café o restaurante de Buenos Aires; tal vez la llegó a desear en alguna discoteca y hasta tocarle, por accidente, alguna de sus nalgas. No se le hacía extraña para nada; continuó. La mirada pegada al piso, rastreando huellas de sangre, y junto a la puerta pesada de algo que parecía comino crespo, abierta totalmente, entre esta y la pared, un sobre rosado, abierto y con una nota en su interior y a medio salir. Bienven... alcanza a leerse en letras cursivas rojas. Algunas manchas de sangre, pero tan solo gotitas, pequeños coagulitos que alcanzaron a caer en el papel pero que no hacían un gran escándalo. Siempre fue un buen ciudadano nuestro querido Fernando, aunque sus artículos amarillos en la prensa rebozaban de imprecisiones, palabras no dichas y hechos muy bien imaginados, a la final la esencia del relato permanecía fiel, según él. Se sorprendió de lo fácil que le resultó agarrar el sobre y, sin que lo viera la ley, llevárselo al bolsillo de su pantalón. Ahora era el único poseedor de evidencia valiosísima, ahora, este caso dependía realmente de su capacidad de deducción. Los detectives forenses entraron furiosos al salón y echaron a todos los presentes que sin ningún escrúpulo acababan de hacerles su trabajo mucho más frustrante de lo que ya era en realidad. Fernando tomó unas imágenes del sitio con su cámara digital, un primer plano de la cabeza de la muchacha a la que probablemente le tocó el culo en algún momento, un plano detalle de unas gotitas sobre una mesa de acrílico que le parecieron bonitas, a una huella de bota marcada con sangre, a las figuras de la puerta pesada de madera y al corredor que conducía a la salida, en contraluz y dando un click que más tarde lo haría sentir orgulloso, la silueta de una anciana paseando su schnauzer afuera. Fernando Bertoli salió caminando, se despidió de los policías y se enrumbó directamente al Bar Río a unas pocas cuadras de allí. Hubiera querido llevarse la cabeza, cada pedazo de tripa para armar en su habitación el rompecabezas que lo acababa de apasionar, pero se llevó más que eso, un nombre escrito en la carta de bienvenida, al parecer el nombre del destinatario: David Benavides. Google se demoró exactamente 0,13 segundos en encontrar tres David Benavides en Buenos Aires.

lunes, 25 de octubre de 2010

41. Inspiración

Fernando Bertoli por fin tuvo ante sus ojos la primera historia interesante a lo largo de su corta y recién iniciada carrera de periodista. Hizo sus prácticas profesionales en uno de los diarios que se autoproclaman "serios", y ese año degustó, cada día con más intensidad, la pequeña pero aterradora sinonimia entre ser "serio" y ser "aburrido". Fue por eso que después de obtener el título universitario no hizo más que esperar y presionar sutilmente a que surgiera un puesto de trabajo en el diario en que se había propuesto trabajar, Crónica. Sólo debió esperar tres meses hasta que consiguió su actual empleo de periodista raso en uno de los diarios que en vez de declararse "serio", prefiere declararse "amarillo", y esta honestidad era lo que más le fascinaba. Dos meses yendo de un punto a otro cubriendo riñas, uno que otro asalto de algún kiosko en el conurbano, un choque de alguna viejita con algún taxista y que por algún motivo termina a los disparos; pero nada realmente emocionante. Sentía cómo su olfato periodístico comenzaba a afinarse, a volverse exigente y exquisito: -Esto va estar grande-, se dijo mientras entraba al 523 de la calle Pringles, llena de policías y forenses, caminando con cuidado, paso por paso para no irse a resbalar con la sangre, pedazos de carne y esa sustancia rosada esparcida por doquier. Abrió su libreta de apuntes y, con una sonrisa gloriosa, comenzó a tomar nota sin parar.

sábado, 9 de octubre de 2010

40. Primicia

-Contame más Rubén, no me podés dejar así-, Laura sirvió más vino, la botella se terminó. Rubén se quedó mirándola. -Hace dos meses me ofrecieron investigar una historia que prometía bastante, giraba alrededor de unos hechos acontecidos en el 523 de la calle Pringles, en el barrio de Almagro; la casa estuvo desocupada mucho tiempo y eso era lo normal para sus vecinos, pero de un día para otro empezaron a notar la presencia de extraños personajes, gente que entraba en las noches; algunos, la mayoría, salían antes del amanecer pero otros permanecían allí-. Laura saboreaba su copa de a pocos siguiendo atenta las palabras de Rubén. -De noche se llegaban a oir ruidos desde las casas vecinas, música y en ocasiones gritos; llamaron a la policía en varias ocasiones, pero esta siempre llegaba tarde, nadie les abría la puerta, ya no habían ruidos y no habían motivos suficientes para hacer una redada-. Laura miraba atenta los labios de Rubén. -Una noche hubo más ruido de lo usual, más gritos, más movimiento en la casa; cuando comenzaba a amanecer las puertas se abrieron de golpe y miles de pasos contra el pavimento anunciaban la huída afanosa de quienes permanecían allí adentro; se esparcieron por todas partes, cada uno con un rumbo diferente, imposibles de seguir, aunque algunos testigos afirmaron que una camioneta blanca y de vidrios oscuros se llevó a varios en su interior; la puerta de la casa quedó abierta-. Rubén sacó de su pantalón un paquete de Camel, agarró un cigarrillo, lo sacudió contra su pierna sana y lo encendió. -Los vecinos entraron a la casa, la oscuridad interior les impedía ver, pero cuando por fin encendieron una linterna se quedaron aterrorizados con lo que pudieron apreciar: pedazos de carne por todas partes, tripas, huesos, sangre y esa sustancia rosada y pegajosa esparcida por doquier, y en medio del suelo, la cabeza de una joven mujer, con su cara aterrorizada y los ojos salidos y colgando-.

viernes, 17 de septiembre de 2010

39. Regalo

-He escuchado algo de ellos...-, dijo Rubén y se tomó de un sorbo el último trago de vino que había en su copa para luego servir más. -Dicen que son como una especie de sociedad que cree en ideales rosados, que disfrutan el amor telenovelero y que se mandan regalitos y maricadas, pero pensé que eso sólo era para quinceañeras; nunca me hubiera imaginado que el güevón de tu artista cayera en eso-. -Pues ya ves-, dijo Laura después de tragar el útimo trago de su copa. -Desde el día en que decidí dejarlo no lo volví a ver, me da mucha pereza llamarlo; a veces me da lástima y eso me parece peor que ignorarlo, entonces dejé las cosas así, que fluyeran como quisieran; eso fue hace más o menos un mes-. -Relájate que él no es un niño que depende de tus tetas, y si no lo sabe aún entonces le hacés un favor brindándole esta oportunidad para aprenderlo-. -La verdad Rubén, hijo de puta que sos, es que no sé si ese estúpido vaya a aprovechar esa oportunidad, yo creo que más bien tiene ganas de hacerse un show y volverse la estrellita de cuenta de mi culpa, que a pesar de todo, la siento por extraño que parezca-, sacó de su bolso el sobre rosado, una hoja rosada en su interior y un texto escrito en ella con letras manuscritas rojas. Rubén se quedó perplejo: -¿Esos son los tales Románticos? Entonces no son un grupito de quinceañeras; son gente peligrosa-. -¿Pero qué decís Rubén? No te entiendo un carajo-. -No es la primera vez que veo ese papel rosa con letras rojas; todo empezó con un compañero del diario Crónica, Fernando, que estaba investigando un asesinato horrible ocurrido en la calle Pringles de Almagro hace poco más de dos meses... Que estúpido que soy, tal vez tu tonto David puede ser entonces el mismo David de esta historia; si lo es, está metido en un problema grande-.

jueves, 16 de septiembre de 2010

38. Aprecio

Se quedó un rato observando a David desnudo, durmiendo acurrucado sosteniendo la almohada con fuerza. Otro cigarrillo tan solo para aletargar un momento incómodo y patético. -Pero si no tengo nada contra él, y él es bueno, no es malo, y me trata bien siempre, y aún así lo estoy odiando por dentro como a nadie, así no más, sin razón, sin motivo; esto terminó de la misma manera que empezó-. Una aspiración de humo azul llena sus pechos redondos, un suspiro lo expulsa lentamente, saboreándolo, jugando con él entre la boca y la nariz. -¿Le escribo algo, así sea un "chao"? ¿le digo por qué me voy? ¿Es que acaso sé por qué me voy? ¿Le digo?- Pero Laura sabía muy bien que cualquier palabra no sería más que un cinismo lastimero. Un intento por callar su propia culpa más que un acto de aprecio por David. Por primera vez se sorprendió del trabajo tan eficiente que hicieron las monjas gordas de su colegio. Se vistió y se fue.

viernes, 3 de septiembre de 2010

37. Capullo

Fueron 7 los orgasmos que Laura pudo sentir con David después de la última vez... Después ya no era capaz, ni siquiera de fingir. Cuando se dió cuenta de esto, cuando por fin aceptó este hecho una extraña sensación comenzó a generar angustia y ansiedad dentro de su ser, una especie de inquietud en las tripas que podría ser tan bien descrita con la metáfora aquella de las maripocitas en el estómago si no fuera porque los enamorados y optimistas la robaron de manera rapaz y engañosa. Laura no era optimista, no estaba enamorada y sabía muy bien cuál era esta sensación tan parecida al enamoramiento pero que supo bautizar con otro nombre: culpa. Y sonrió mientras fumaba un cigarrillo, sentada desnuda frente a la cama y en ella David durmiente abrazando una almohada: Así me abrazás a mí.

martes, 17 de agosto de 2010

36. Regazo

David le respondió con un beso suave en la boca, luego otro en el cuello y luego otro en el pecho entre los senos. Y ahí se quedó, taciturno, quieto, respirando profundo, atento a la respiración y al corazón de Laura. Mientras tanto ella seguía fumando y haciendo bolitas con el humo, recordando la noche, recordando el amanecer, recordando el orgasmo que todavía la tenía temblando de la cintura hasta los piés, y sonrió. Otra bocanada de humo inspirada y otros dos círculos perfectos girando sobre sí mismos y elevándose lentamente hacia el techo; el tercero comezaba a ascender como un alma recién liberada, Laura lo miraba fijamente pero su visión se vio interrumpida por la mano de David tocando la suya, la agarró y él mismo puso la mano de Laura sobre su cabeza acariciándose a sí mismo con ella. Laura miró hacia el nochero y aplastó, entre el cenicero que allí reposaba, su cigarrillo que apenas estaba a la mitad. Una última bocanada imperfecta de humo salió junto con un suspiro. David también suspiró. -Hasta la próxima campeón, me tengo que ir-. David se quedó abrazando la almohada, acompañado por el aroma de Laura y el humo de su cigarrillo inacabado.

miércoles, 11 de agosto de 2010

35. Nicotina

Gracias al cielo que este hombre recuperó lo que tenía, pensaba Laura mientras jadeaba y se mordía el labio, brincando encima de David, quien le apretaba las nalgas con una fuerza que exitaba a Laura en exceso. Una semana después del encuentro anterior y por fin David le había vuelto a sacar, desde lo más profundo y esponjoso de su ser, los gritos más verdaderos y eléctricos, el sudor más dulce, el placer más salvaje de ser penetrada y sentir con desespero cada vez más ganas de que ese macho la rompiera en dos, cada arremetida con más fuerza hasta llegar al límite de lo brusco y brutal; la entrepierna como una fuente inacabable de fluídos y la fuerza de su amante allí concentrada, haciendo presión extrema. Gracias al cielo que este hombre recuperó lo que tenía, volvía a pensar mientras fumaba un cigarrillo. Mientras botaba el humo lentamente David le masajeaba los pies; no se había dado cuenta del poder escondido en los pies hasta ese momento... Un círculo de humo giratorio salió de su boca. La imagen perfecta del aro subiendo lentamente frente a ella se vio interrumpida por la mirada fija de David, ojos negros, cejas arqueadas, sonrisa ingenua... ¿Qué te pasa campeón?

domingo, 25 de julio de 2010

34. Pre - Sentimiento

Después de tres semanas de no verse el sexo había cambiado radicalmente. David no era el mismo; estaba distraído, apaciguado y casi podría decirse que melancólico. Laura extrañó al hombre y a los gemidos que le arrebataba en cada encuentro genital (genial). Sin esperanzas de encontrar nada satisfactorio, y más que todo por pretender anestesiar el silencio y la frustración que volvían la situación estúpidamente incómoda, Laura preguntó: ¿Qué te pasa? El silencio, o tal vez un escueto "nada" hubieran sido la mejor respuesta que Laura estuviera buscando; pero su rostro quedó perplejo al cruzarse con la mirada brillante de David, ojos encharcados, palpitantes, y una caricia extrañamente suave en la mejilla: ¿Sabés lo que es el Amor? Le preguntó David sonriente...

lunes, 5 de julio de 2010

33. Despedida

David se quedó mirando fijamente los ojos inexpresivos de Maribel que no paraban de observar los suyos, duelo de miradas que duró algunos segundos y en el que salió derrotado cuando le fue inevitable desviar su visión hacia las tetas apretadas y profusas de su examante. Justo en ese instante ella estiró su brazo ofreciéndole un cóctel. La miró de nuevo al rostro y lo recibió, bebió un trago que saboreó al instante, -¿Qué es todo esto?-. Maribel se acercó, sin dejarlo de marcar con sus ojos profundos y posó su dedo índice sobre los labios aún húmedos de David, una señal de silencio que se fue desvaneciendo en caricias suaves y tiernas sobre su boca. Lentamente impregnaba su dedo con el rastro de cóctel que conservaban los labios de él para luego llevarlo hacia su boca y saborearlo con todo el cuerpo y un suspiro largo que levantaba sus senos divinamente. David bebía otro trago sin despegar la mirada de ese bello escote. Maribel abrió lentamente sus ojos, muy despacio acercó su boca carnosa a tan sólo milímetros de la oreja izquierda de él y soltó un susurro profundo que silenciaba la música, las risas y las presencias -Aquí me encontrarás siempre que quieras, aquí estoy para tí-, agarró la mano libre de David y la puso lentamente sobre su cadera, con la otra daba círculos concéntricos sobre el pecho de él. David nunca dejó de mirarla, y su mano instintivamente comenzaba a apretar cada vez más fuerte y acariciar la nalga de Maribel; de repente, la mano se encontró bajo el vestido tanteando los límites: entre las pantimedias de malla y la piel, entre la piel del muslo y la de la cadera, entre el delgado hilo de ropa interior y la vulva completamente húmeda, caliente, palpitante y explosiva. Maribel dejó escapar un suspiro y David bebió otro sorbo de su bebida. Fue cuando descargó la copa vacía sobre la barra que notó el cambio, todos los presentes los miraban fijamente rodeándolos y la música se había detenido; una luz roja se posó sobre ellos y Maribel cayó al piso desmayada. Todo se iluminó de blanco intenso y los ojos de David se deslumbraron, se agachó a atender a Maribel, la cargó en su regazo y pidió ayuda. Nadie se la dió. Maribel comenzó a convulsionar golpeándose violentamente contra el suelo, David intentaba contenerla infuctuosamente -¡¡¡Pero ayúdenme carajo!!!-. Lo único que recibió fue una patada en la boca que lo lanzó al piso. Cuatro de los presentes lo agarraron de manos y pies y lo separaron de Maribel. Por un segundo, las convulsiones de ella se detuvieron, sus ojos estaban llenos de lágrimas, levantó su cabeza y dirigió su mirada hacia el impotente David. Gritó su nombre y siguió pronunciándolo, susurrándolo mientras gateaba lentamente hacia él. David nunca hizo tanta fuerza con su cuerpo, pero ni aún así logró zafarse de quienes lo sostenían; sus ojos también se llenaron de lágrimas y gritó: -¡¡¡Maribel!!!-. La miraba fijamente mientras ella se arrastraba; de repente una nueva convulsión sacudió su cuerpo y un vómito rosado brotó a borbotones de su boca, el ataque volvió y ella comenzó a gritar desesperadamente y a golpearse contra el piso una y otra vez, la cabeza dándose tumbos contra la baldosa era insoportable a la vista y a los oídos. El eco de los golpes cada vez más frecuentes y de los alaridos rompieron a David, el llanto de desesperado se agrandaba por su inmovilidad: -¡¡¡Maribel!!! ¡¡¡Maribel!!!-, seguía gritando el perdedor de David y Maribel seguía revolcándose en el suelo y gritando desgarrada, sangrando por las heridas hechas en el instante, rebozante en esa sustancia rosada y pegajosa que se colaba por su boca, nariz y oídos, halándose los cabellos y arrancándoselos a manotazos, el grito cada vez más agudo, gargareando coágulos. Comenzó a vomitar las tripas, pedazos de intestino y jugos gástricos, el brazo izquierdo se le hinchó en un instante hasta que la piel cedió reventando con sangre y líquido rosado, después la pierna derecha y luego la izquierda; la sangre, huesos deshechos y esa sustancia rosada y pegajosa salpicaron a todos los testigos y David lloraba desconsolado a los berridos. Maribel seguía gritando y vomitando hasta que su tronco explotó lanzando costillas ensangrentadas, pedazos de columna, pulmones y estómago a todo el salón, todos quedaron impregnados de los jugos de Maribel y ese inconfundible color rosa goteando desde los rostros, su cabeza rebotó contra el techo y cayó sobre David que seguía ahogado en sus lágrimas y mocos. Sólo ahí fue liberado, cayendo al suelo, y acurrucándose en sus sollozos, complentamente cubierto de Maribel y abrazando su cabeza fracturada y todavía caliente.

miércoles, 30 de junio de 2010

32. Club

Una figura alta y oscura lo invitó a entrar, la visión era completamente nula, tan solo se oían los crujidos de la madera con cada paso y la permanente sensación incómoda de ir a chocar con algo o caer por una grieta. Caminó más o menos 20 pasos de distancia en medio de la más negra tiniebla que David hubiera podido experimentar, cuando de repente se golpeó de frente con lo que parecía una puerta de madera, grande y pesada. Adornos grabados en su superficie, volutas y quimeras podían apreciarse al acariciarla. La madera comenzó a crugir y la puerta se abrió lentamente, una luz azul comenzó a escaparse del interior a medida que un profundo beat de música electrónica retumbaba en el salón que acababa de ser abierto; voces, risas, copas, luces intermitentes y licor a borbotones. David quedó deslumbrado. La figura negra que lo acompañó durante todo el recorrido, desde la puerta de la calle y a lo largo del pasillo oscuro, agarró a David por el cuello y de un empujón lo lanzó al suelo; David restregó su cara contra el piso. Cuando se iba reincorporando se posaron junto a él un par de altos tacones color granate, mirada detenida de abajo a arriba: tacones, pantorrillas formadas y muslos carnosos y tonificados cubiertos por una media velada tipo malla de color negro, estupendo vestido corto, negro también, que apretaba una formidable cintura delgada, y aprisionaban un perturbador y brillante par de tetas, redondas, generosas, suaves y a medio salir. Cuello delgado, agitado y hombros angostos. Desde allí arriba lo observaba Maribel con rostro inerte.

sábado, 19 de junio de 2010

31. Bienvenido!!!

El 523 de la calle Pringles, una casa vieja con apariencia de nada especial, un aldabón de argolla hecho en bronce corroido por los años, puertas altas de madera gastada que no provocan ni ser tocadas. Ahí estaba David, siguiendo las instrucciones que contenía el sobre rosado. ¿Instrucciones para qué? Ese era justamente el momento en el que él mismo se lo preguntaba, parado junto a esa casa antigua y en medio de la noche fría (a las 22, tal como decían las instrucciones) y arrepintiéndose por primera vez de su curiosidad histérica y acrítica. Knock Kcnok Knock... El eco del bronce sobre la madera hacía temblar los huesos, se esparcían las ondas sonoras hacia el espacio interior dando idea de su vacía inmensidad, de su oscuridad, de su propio miedo a entrar por esa puerta. Pasos lentos y pesados se alcanzaban a percibir desde el interior, acercándose sobre un piso de madera probablemente igual de gastada a la de la puerta. Justo cuando David sintió la sonora presencia junto a él, al otro lado de la entrada los pasos se detuvieron, el eco de los mismos se desvaneció en el interior de la casa oscura, el silencio; David, ansioso, arrimó la oreja a la puerta y le pareció escuchar la respiración de la presencia que aguardaba al otro lado, respiración lenta y medida. Se quedó allí esperando, pero no se atrevía a golpear nuevamente. Una cerradura tan vieja como bullosa comenzó a chasquear, los goznes rechinaron en medio de la oscuridad interior.

miércoles, 2 de junio de 2010

30. Herencia

Aunque la pasaba bastante bien con Laura, un día David se dió cuenta de cuánto extrañaba a Maribel. A pesar de que no tenía nada consensuado con ninguna de las dos mujeres, más que días planeados para follar y el turno de los orgasmos, no pudo borrar nunca de su memoria la cara de Maribel,en el instante en que lo descubrió besando a Laura en la salida de una galería. Un beso lujurioso, lleno de caricias mutuas interrumpido por el llamado entrecortado de la muchacha. David se separó de Laura lentamente, los ojos se abrieron tranquilos y la lengua todavía saboreaba su esencia en los labios. De la profundidad de los ojos de Laura dirigió su mirada hacia la fuente de la dudosa voz que lo llamaba, ahí estaba Maribel con los ojos abiertos de par en par, agitación en el pecho y tensión fracturante en los hombros que le levantaban los senos divinamente. David se dio cuenta de las emociones de Maribel pero lo ocultó. Con naturalidad impostada caminó sonriendo y mirándola fijamente a los ojos y a los senos, la abrazó y la saludó con un sonoro beso en la boca. -¿Cómo estás cosota?-. Desde ese día no tuvo noticias de Maribel, intentó buscarla infructuosamente a través de varios canales; después de dos semanas perdió el interés. Transcurrió cerca de un mes hasta que llegó a su casa un sobre rosado, en el que con letras cursivas rojas hechas a mano se leía: Bienvenido.

viernes, 28 de mayo de 2010

29. Convencido

Estaba convencido de que Maribel lo deseaba, disfrutaba plenamente ese estado machorro que le generaba, esa prepotencia tan fálica que lo hacía sentirse el pene más deseado por ella... y ella se encargaba bastante bien de confirmarle sus ilusiones... De repente David sintió el pequeño chasquido metálico, la trampa se había activado dejando un margen de centésimas de segundo antes de que las mandíbulas de hierro filoso le cercenaran los pies. Cayó y se dió cuenta de la lógica del deseo: David se sentía el falo que Maribel más ambicionaba, pero lo que ella ambicionaba en realidad era ese sentimiento prepotente que generaba en él, la eficacia de su propia obsesión, su capacidad para manipularlo con el calor de la entrepierna... Afortunadamente para David, antes de que se cerraran las mandíbulas sobre sus pies, apareció Laura... Maribel pensó que su poder sobre David crecía cada vez más, que su prepotencia machista se estaba desbordando gracias al meneo de sus caderas y gemidos reservados sólo para él, pero la verdad era que, si bien su macho se hacía más fuerte ahora, era gracias a Laura... Maribel se dió cuenta demasiado tarde de lo ilusionada que estaba, su propia trampa cercenó sus pies... Maribel ya no esperaba ver la sangre de sus heridas, tan solo esa sustancia rosada y pegajosa de la que todos hablan...

jueves, 27 de mayo de 2010

28. Esponjado

David disfrutaba demasiado el sexo con Maribel a pesar de que siempre terminaban discutiendo después de tres o cuatro orgasmos ¡Pero que orgasmos! David sabía que tenía un pequeño lugar asegurado en el interior de ella, y no sólo un lugar físico en dónde guardar su pistola, sino un albergue, ese espacio cálido y esponjoso, cómodo y de ensueño que la mayor parte de la gente ubica en el corazón. A pesar de que eso lo hacía sentir muy macho, justamente por eso desconfiaba de Maribel, porque esa completud, esa prepotencia que tanto lo satisfacía comenzaba a depender del lugar que ella le daba a él en su interior... -Pobre idiota-, se decía mientras recordaba sus jadeos y gemidos...

jueves, 20 de mayo de 2010

27. Recuerdos

-Y vos, hijo de puta, te burlás de los Románticos pero sólo porque les tenés envidia, y no tenés ni una idea de cómo funcionan las cosas; pero te conozco ¡¡¡Te conozco tanto David!!! Ya vas a ver cómo son, y vas a pensar mucho en mí, te juro que no me vas a poder sacar de tus putas cabezas y aunque no te des cuenta me vas a tener en tu mente. Burlate de los Románticos, pero llorá porque no todos pueden entrar... eso es lo que te atormenta ¿Cierto?-. La imagen de Maribel cuando salió de la cama, desnuda y con pasos lentos, respirando rabia, el instante cuando agarró su ropa interior y se la fue poniendo lentamente, como el humo de un cigarrillo que se quema incandescente en un cenicero de cantina, coqueto, sublime, caliente, fue subiendo el pequeño panty blanco por sus piernas largas, hasta que se encajó entre sus dos nalgas redondas y sudadas... David volvió a suspirar mientras saboreaba la esencia de Laura en sus dedos... Comenzaba a creer...

lunes, 17 de mayo de 2010

26. Sentidos

David abre sus ojos, los párpados están pesados por el trasnocho pero una sonrisa satisfecha se apodera de su cara cuando inspira profundamente y siente el aroma de Laura, la piel de sus senos rozando su pecho, el sudor de ambos mezclado sobre las pieles desnudas, ella durmiendo y respirando suavemente sobre el cuello de él. Él le acaricia la espalda y ella se acerca acurrucándose más. David saca su mano del interior de la cobija y la contempla detenidamente, huele sus dedos índice y corazón y como un relámpago se le vienen las imágenes de la noche, el roce de cuerpos, gemidos y golpe de pieles, el olor rancio a sexo húmedo y áspero a la vez, coito extremadamente sensible, prolongado, inacabado... David se excita y comienza a hurgar entre las piernas de Laura. -Me puedo quedar haciendo esto toda la vida-, se dice a sí mismo mientras intenta, con caricias y pequeños pellizcos, que Laura lubrique. Ella abre los ojos y de un brinco se para de la cama: -¡¡¡Mierda!!! Me quedé dormida-. Se viste en un instante, se pone sus zapatos, agarra el bolso, besa a David en la frente -Adiós campeón- y sale corriendo mientras llama por su celular. David se queda mirando al techo, suspira y vuelve a olerse los dedos... vuelve a suspirar...

lunes, 10 de mayo de 2010

25. Transparente

El cristal de las copas sonó como si un coro de castrados respondiera a la señal del choque de cristales. El vino rosado fluyó por las gargantas de Laura y Rubén. Las miradas fijas, pequeñas sonrisas, coqueteo inminente. -¿Y por qué dejaste a tu novio, el artista ese?-, -David no era mi novio-, respondió Laura haciendo una mueca. -Bueno, pero andabas con él y lo dejaste, ¿por qué?-, -lo dejé porque dejó de ser mi amigo-. Rubén levantó las cejas mientras tomaba un sorbo de vino, lo degustó mirando fijamente a su amiga y tragó para luego dejar escapar un suspiro con aroma a fruta. -¿¿¿Y entonces??? ¡¡¡Contame el chisme completo por favor!!!-. Laura terminó su copa y se dispuso a servir más vino, el líquido, como en cámara lenta llenaba el interior del cristal, haciendo pequeñas burbujas y mojando poco a poco la superficie transparente con su cuerpo rosado y oloroso. Tomó la copa y la llevó hacia sus labios pintados, levantó los ojos grandes y profundos hacia los de Rubén y entrecerró la mirada, el líquido entraba en su boca lentamente y luego se mordisquó el labio inferior. Suspiró. -Pensé que él y yo éramos amigos, y me alegré por eso, me sentí libre a su lado, tranquila; pero él se volvió Romántico, y me pedía que yo también lo fuera, intenté seguirle la corriente, acompañarlo, pero la verdad es que no me apetece ser Romántica, prefiero tener amigos... ¿Sabés lo que son los Románticos?

jueves, 6 de mayo de 2010

24. Análisis

El Dr. Rheingold observaba detenidamente su monitor. Retrocedía, pulsaba "play", pausaba y anotaba en su libreta de notas. El sujeto Número 7 desbordó sus predicciones; antes de tomar todas las muestras de rigor, reventó en dolor y gritos, dejando no más que un video del final de su vida y una celda llena de tripas y esa cosa rosada y pegajosa. Necesitamos otro, se dijo...

23. Favor

El periodista Rubén Filips se encontraba descansando en su casa, en las afueras de la ciudad, después de una exigente sesión de fisioterapia para retomar el movimiento en su rodilla derecha. La recuperación ha sido extremadamente difícil y ahora comprendía muy bien los tormentos de muchos futbolistas, a quienes siempre criticaba. Todos sus reportajes pendientes tuvieron que ser suspendidos por lo que se enfriaron y ya no le interesaban a ningún editor de los periódicos y revistas donde solía escribir. Todo este tiempo, meses enteros, se defendió redactando horóscopos adornados y barrocos, artículos sobre la obesidad y alguno que otro sobre la impotencia masculina y la frustración sexual del macho cuando advierte que su pene tiene mal aspecto para las hembras. De vez en cuando se dedicaba a hacerle retoques a su novela, agregar alguna línea, eliminar dos o tres párrafos, cambiar el orden de los capítulos escritos, pero nada le terminaba de gustar. En una semana se acabará su incapacidad médica y no está tan seguro de si sus "amigos" editores y directores de periódicos y revistas cumplirán la promesa de esperar la recuperación, prefería mantener un saludable pesimismo al respecto, que a su vez le generaba mucha desesperación y gastritis; sonó el timbre: -¡¡¡Al fin te aparecés maldita bruja de la mierda!!! ¡¡¡Seguramente venís a pedirme un favor como siempre!!!- Soltó una carcajada y se abalanzó sobre la mujer que esperaba en la puerta, que a su vez sonreía profusamente. -¡¡¡Cómo te extrañé Laura querida!!! La útlima noticia que pensé iba a recibir de vos era que habías explotado por ese estúpido al que le abrías el culo-. -Dejá de joder Rubén, que el tipo lo hacía bien, pero primero explotaba por un hijo de puta como vos que por ese artista del hambre, así que me aburrí y me fui... vos sos el más rosado y pegajoso de todos los que conozco!!!- . Sonó el corcho que por fin salió de la botella, Rubén, sonriente, acababa de destapar un vino rosado y de cuerpo excelente...

sábado, 1 de mayo de 2010

22. Privilegio

Los Románticos se sienten elegidos, privilegiados y lúcidos. Confían en la belleza y piensan que sólo sus ojos pueden verla. Cuando hay una habitación llena de tripas, sangre, carnes esparcidas por doquier y esa sustancia rosada y pegajosa que todavía conserva el eco de los gritos, el Romántico se sonríe y cierra sus ojos con el orgullo de quien se cree sensible.

21. Compartir

Laura no lo podía creer cuando recibió el sobre, se encontraba en una exposición de arte, rodeada de varios conocidos pero cuando leyó lo que había adentro, en un papel rosado, se sintió aislada, quebrada. Había escuchado rumores acerca de su existencia pero nada fue confirmado hasta ese momento, en que a través de uno de sus amigos más influyentes en el mundo de las artes visuales recibió por fin la invitación a participar. Se hacían llamar Románticos y sólo un puñado de personas muy selectas acudían a sus reuniones. Cuando la gente comenzó a salir de la galería Laura aún se encontraba taciturna, con la mirada clavada en el piso y permaneciendo de pié al frente de una columna. No sabía muy bien a qué se dedicaban realmente los Románticos, ni qué hacían en sus reuniones, si había algún tipo de ritos, qué tipo de gente era la que realmente participaba, pero sí sabía que a partir de ese momento su vida iba a cambiar para siempre, no todos entran al club de los Románticos, pero definitivamente nadie sale de él. La decisión más importante de su vida estaba en sus manos, con forma de hoja de papel rosado.

martes, 27 de abril de 2010

20. Orgullo

Después de recibir la noticia, Pepe cuelga la bocina del teléfono y su respiración permanece agitada por tanta emoción. Corre donde su esposa Dora y la besa como no lo hacía desde hace 17 años, cuando nació su hijo. -¡¡¡Elvio!!!-, lo llama de un grito y sonriendo. -¿Pero qué pasa Pepe?-, pregunta la esposa confundida. -¡¡¡Elvio!!!- Vuelve a gritar y mira a su mujer -Nuestro hijo, Dorita, acaba de darnos el mejor regalo, tantos años de angustia, Dorita, porque no fuera un muchacho digno y recto, ¡y hoy nos acaba de arreglar la vida!-. -Pero qué pasó Pepe, sigo sin entender-. -¿Te acuerdas de Rosita? Esa niña que pensábamos era tan mala influencia para nuestro Elvio, esa amiguita de él que vimos una vez abrazando y besando a la solterona Aída-, la señora Dora permanece atenta. -Su mamá, doña Nora, me acabó de contar que fue dolorosísimo ver cómo se le salían los ojos mientras vomitaba esa sustancia rosada y pegajosa, que en medio de la ceguera y los espasmos de dolor, entre gritos, saliva y vómitos, sacó de su mesita de noche un sobre y se lo entregó antes de que su cabeza reventara; después de llorar desesperadamente media hora y revolcándose entre los restos y pegotes de su hija, la desdichada madre abrió el sobre y adivina qué tenía adentro-, la mujer abre los ojos de par en par esperando la respuesta. -Adentro del sobre, mi querida esposa, había una foto de nuestro hijo, acompañada de una carta en la que Rosita fantaseaba una vida con él y le agradecía su ternura y cariño... ¿¿¿sabes lo que eso significa por Dios Dora???- la mujer hace una mueca aterrada, -Mujer, después de tantos años de sufrimiento, pensando que teníamos un hijo torcido y afeminado, después de que él mismo nos traicionó confirmando con su voz nuestras peores sospechas, ahora se redime con nosotros y nos muestra que es un hombre de verdad en el que podemos confiar, ¡¡¡Elvio hijo!!! Yo sabía que no me ibas a defraudar-. Pepe sube corriendo las escaleras y de un solo golpe abre la habitación de su crío: -¡¡¡Elvio!!!-. Este, sentado en su cama, maquillado pero sin la peluca, con su vestido favorito a medio poner y que le dejaba ver su pecho completamente plano, los tacones de charol aún abrochados y unas medias púrpura que cubrían la totalidad de sus piernas. Los ojos de Elvio fijos en la mesita de noche, donde reposa sin ser colgada la bocina de su teléfono rojo, desde donde todavía se escuchan intermitentes los sollozos de la mamá de su mejor amiga... Dora permanece atónita en la sala y busca un asiento pero de repente siente un golpe en el piso de arriba, otro golpe, un gemido, y el cuerpo de su marido cae rodando por las escalas. Completamente hundido en el cráneo, a través del ojo derecho de Pepe, permanece firme un afilado tacón de charol... y después, un grito desesperado de Elvio: -¡¡¡Me traicionaste Perra, pensé que éramos amigas pero me traicionaste!!!-.

19. Promesa

El detective Alejandro Sterling acaba de confirmarle a su cliente, Alfredo Stiglitz, la aparición de síntomas: Beatriz, la multimillonaria modelo y prometida de su hijo Felipe Stiglitz no va a durar más de un mes antes de reventar. -Tenemos que adelantar la boda-, le advierte el empresario a su hijo...

sábado, 24 de abril de 2010

18. Húmedo

-¿Explotarías por mí?-, pregunta Rodrigo. -¿Y vos explotarías por mí?- replica Alejandra. -Si explotara por vos, Rodrigo, ya no me podrías hacer el amor, y extrañaría más tu pene que a tu voz-. -Pero un pene lo encontrás en cualquier esquina, y voces, abundan mejores que la mía-. -Es cierto, entonces explotá si querés, pero primero cortate el pito y hacé lo que querás con él-.

viernes, 23 de abril de 2010

17. Aromas

El cheff Antonio Donovan, célebre por ser capaz de convertir lo kitsch en snob en el área de las mermeladas, presenta su nueva línea de salsas. Ideales para acompañar vegetales, frutas y sobre todo las carnes, han sido un éxito en los restaurantes más reputados de Europa. Las salsas, indescriptibles en su sabor, tienen características en común: rosadas, pegajosas y deliciosas.

jueves, 22 de abril de 2010

16. Perseverancia

En una entrevista realizada por un audaz reportero disfrazado de caddie, mientras el profesor Jean Francois Pickard completaba el hoyo 18 en un desafío que le debía al célebre cantante de country chicano, Miguel Villalobos, y que definiría quién tendría que pagar el almuerzo que de hecho se vió retrasado por el inoportuno periodista, el célebre científico social respondió tan sólo tres preguntas. Aclaró que las explosiones por Amor no eran transmitibles o contagiosas, ya que se han registrado casos de estallados en soledad con los mismos signos de víctimas sexualmente activas o no aisladas. El único registro de corrosión debida a la sustancia rosada y pegajosa, postexplosión, tuvo lugar en un testigo que prefiere permanecer anónimo, a quien después de algunas horas de ser salpicado presentó principios de conjuntivitis; sin embargo, no se puede presumir que haya sido por la sustancia rosada per sé, ya que entre la mezcla de humores que alcanzaron sus globos oculares había ácidos gástricos, que como es sabido tienen un nivel importante de corrosión. Finalmente agarró su sand wedge y de un sólo golpe desencajó la rótula derecha del periodista diciéndole: -Publique esto, pero si demanda, lo demando por invasión a propiedad privada y además el señor Villalobos le presentará unas buenas amistades suyas, todavía más exigentes en cuanto a la puntualidad de los almuerzos-. El periodista se arrastró durante hora y media por el campo de golf antes de llegar a su camioneta, estropeando el césped que dejaba a su paso, y tan sólo para darse cuenta de que había dejado su grabador tirado en el green donde , finalmente, el profesor Pickard se había acabado de ganar un almuerzo...

15. Guía

En el convento, las monjas desorganizadas y murmullando se reunen a admirar el espectáculo que ha dejado la madre Renata en medio de la capilla. El hábito rasgado, mojado en sangre y hecho un pegote descansando sobre el piso, carnes, pieles, huesos y tripas olorosas. Humores que llegaron hasta el techo y esa sustancia rosada y pegajosa que aún gotea del rostro del salvador de madera, crucificado y mimado a diario por todos los que lo visitan... No hubo tardanza al enaltecer la exploción de la madre Renata como uno de los actos de Fe más genuinos y ejemplares que han sido documentados por la arquidiósecis de la ciudad. La fama se derramó por las calles y en cuestión de semanas habían ya filas de peregrinos que querían ver estos "residuos de Fe verdadera". Las monjas del convento se persignaban mirando hacia el techo y agradecían por la jugosa cantidad de donaciones que comenzaron a recibir... la novicia Ana, por su parte, se persignaba y agradecía porque por fin podía dormir tranquila sin que la madre superiora, lejos de querer dormir, se colara entre sus cobijas para acicalarla...

lunes, 19 de abril de 2010

14. Mirada

Romina y Adelia comentan la novela mientras las propagandas. -Tan buena que es esa niña, su amor por ese rufián asqueroso es inocente y puro-. -Es mentira Romi, si así fuera ya hubiera reventado con esa cosa rosada y pegajosa, y hace rato que no tendríamos telenovela... esa niña es mala, y ojalá que siga así para que no nos aburramos al medio día!!!-.

viernes, 16 de abril de 2010

13. Interior

Daniel estaba obsesionado con Mónica, nunca dejaba de celarla y ella siempre le confirmaba su fidelidad cumpliendo con las pruebas más duras. Pero él seguía pensando que ella tenía a otro. Un día, mientras la golpeaba y penetraba, Mónica reventó en tripas, sangre y esa cosa rosada y pegajosa. Daniel se puso todavía más celoso...

miércoles, 14 de abril de 2010

12. Evidencias

En el show de entrevistas de la noche se encuentra el sociólogo Pickard, especialista en el tema del Amor. A la pregunta de la bella anfitriona del programa él responde: -Hasta el momento no se han registrado estallidos simultáneos de ambos miembros de una relación, eso nos da pistas de que siempre hay un integrante de la pareja más rosado y pegajoso que el otro-.

martes, 13 de abril de 2010

11. Identidad

Iván, sentado en un parque y preocupado. Su hermanito explotó estando con una mujer mayor, la que lo desvirgó y la mitad de su papá reventó ayer, casi sobrevive pero el dolor produjo un shock, todo por una niña de 17 años y su sexo. Iván ya llevaba cuatro relaciones fallidas y aún no explotaba en desperdicios y esa sustancia rosada y pegajosa: ¿Seré gay? Se preguntaba angustiado.

lunes, 12 de abril de 2010

10. Amistad

La hermana de Carlos le advierte a Amanda que las últimas cinco novias de él reventaron de manera trágica y asquerosa: -¡Cuidado Amiga! ¡No vayás a caer en esto que te puede matar!-... Amanda, con los ojos llenos de ilusión: -Pero es que siempre es tan lindo conmigo-. Mientras responde una pequeña gota de esa sustancia rosada y pegajosa resbala desde su nariz...

9. Compromiso

El médico se pega una palmada en la frente mientras reflexiona, está rodeado de pedazos de carne y litros y litros de esa cosa rosada y pegajosa que hace reventar la gente. Para él constituye un misterio médico de difícil solución y se angustia al ver que para el resto del mundo comienza a ser normal, e incluso digno y noble explotar por Amor...

viernes, 9 de abril de 2010

8. Ilusión

Los ojos de Ana estaban llenos de lágrimas, tristeza y enojo mezclados dirigidos hacia su novio que la miraba fijamente pero confundido. -¿Qué te pasa bonita? Algo anda mal, por qué lloras?-. Ana se quedó mirándolo con melancolía y sollozante, sacó la mano y le pegó una palmada en la cara: -Pensé que me amabas... pero sólo quieres usarme... mentiroso!!!-.

jueves, 8 de abril de 2010

7. Oportunidad

Luis se quedó quieto, cubierto con los dientes, huesos e intestinos de Eliana, quien fuera su quinto intento de novia en cuatro meses. Sentía la culpa suficiente pero aún así no pudo evitar soltar una sonrisa. ¿Cómo es posible que las mujeres con las que se ha relacionado resulten muertas por esa cosa rosada y pegajosa? Afortunadamente esta no tenía hermanos, pensó.

6. Piel

Andrés besaba a mordizcos a Brenda, le fascinaba besar a su novia. Cuando sus lenguas se entrelazaban por décima vez, después de un minuto de beso, las manos de Brenda rasgaron de un golpe la camiseta de él; comenzó a moverse profusamente y por poco le arranca la lengua a su novio si este no la separa de un empujón. Vinieron los gritos, los ojos hinchados en lágrimas de sangre y el cuello brotado en venas a punto de estallar. Brenda gritó y se revolcó sobre el pavimento durante dos minutos ante la mirada atenta de Andrés que se quedó pasmado e inmóvil. Primero fue la pierna izquierda, que explotó rompiendo con la fuerza de los huesos y tendones la tela del yin. Brenda gritó aún más hasta que vomitó su propia lengua, faringe, epiglotis y cuerdas vocales; los gritos se convirtieron en chorros de sangre mezclada con esa sustancia rosada y pegajosa que también le salía por las orejas y nariz. Convulsión total, los golpes de su cabeza contra la acera eran insoportables hasta que el cráneo se reventó seguido del resto del cuerpo. Andrés, completamente cubierto de sangre, dientes, cabellos y piel pegajosa y teñida de rosado sintió el sonido de su teléfono celular: -Hola Andrés, hablás con Yamile, la mamá de Brenda, lo que pasa es que la llamo y no contesta, ¿está ella con vos?-
-Ya no-, contestó Andrés con su voz grave y entrecortada...

miércoles, 7 de abril de 2010

5. Coqueteo

Andrea sabía lo que debía hacer, detener esto antes de conseguir un real motivo de culpa. LLegó a la puerta de la casa de Milton y esta se abrió para mostrarle que ya era demasiado tarde. La madre lloraba revolcándose entre las tripas de su hijo y llenándose de esa sustancia sustancia rosada y pegajosa. Andrea confundida le dijo: Pero si sólo lo hicimos un par de veces!!!

4. Caricias

Los gritos de Liliana se escucharon en toda la cuadra, y después los vidrios de su casa reventaron impregnados de sangre y esa sustancia rosada y pegajosa. Daniel se enteró, no por los gritos, no por las vísceras en la calle... sino porque la mano de su novia llegó hasta su patio, luciendo el pomposo anillo de compromiso que le había regalado...

3. Conmoción

Fernanda sentía su pulso acelerado, por más que se lo advirtieron no hizo nada y aunque siempre negó las consecuencias ahora las tendría que sufrir en carne propia. Discutía con Efraín, ella le gritaba cada vez más fuerte y las lágrimas comenzaron a brotar, el fin se acercaba. -Vos me hiciste esto malparido, vos me mataste-. Efraín se mordía los labios con culpa mientras protegía a su hijo Manuel de 5 años. Ella de un tirón se lo arrebató, Efraín se quedó atónito viendo cómo Fernanda abrazaba y bañaba a su hijo en lágrimas mientras ella comenzaba a convulsionar y pegar alaridos. Él intentó salvarlo pero llegó tarde, el cuerpo de Fernanda explotó de forma violenta despedazando al pequeño Manuel y llenando el cuarto de miserias y esa sustancia rosada y pegajosa de la que todos hablan. Efraín con rabia y sosteniendo la cabeza de su hijo ensangrentada le respondió a su difunta esposa: Yo no te maté, te mató el Amor, esa sustancia rosada y pegajosa...

martes, 6 de abril de 2010

2. Epidemia

Revolcándose de dolor en una cama, gritando, llorando, con la mandíbula apretada tan fuerte que sus dientes chirrían de manera insoportable. Ahí está Pedro lleno de sondas por todos los accesos de su cuerpo. Nariz, boca, oídos, ano, uretra, todos ellos drenando. El médico dice: "es que tiene mucho AMOR adentro, esa sustancia rosada y pegajosa".Hacen todo lo posible porque no reviente su pecho en pedazos y miserias...

1. Síntomas

Los ojos se salieron, todos los orificios de su cuerpo se inundaron, su pecho simplemente no aguantó y estalló, dejando pedazos de costillas, pulmones, vísceras y esa sustancia rosada, pegajosa y dulce que producía su corazón. El médico dio el dictamen: No hay duda, Juan murió de Amor... es el quinto que estalla este mes...